P: Cuando le inundan los comentarios contra el programa, o tratando su bitácora como si fuera la plataforma de La Ventana Indiscreta, ¿Qué sentía? ¿Se enfadaba con los comentaristas? ¿Juraba en arameo? ¿Le resultaba un tema indiferente?
R: No los publico. Así de simple. En un blog no importa si el autor trabaja en un programa periodístico o vendiendo helados. No importa si es blanco, negro, travesti, limeño, coreano, provinciano (además, no hay forma de comprobarlo). Yo no oculto mi nombre ni dónde trabajo, porque no me parece correcto. Pero intento que eso no se mezcle con el blog, así que esos comentarios no son publicados. Si no les gusta, a llorar a su blog.
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